PIRINEOS FRANCESES : BEARNE
Nada más llegar a Béarn Pyrénées, nos invade una sensación de calma. Esta es una tierra de increíbles parajes naturales, montañas de picos majestuosos, cerros y valles sembrados de viñedos y salpicados de bonitos pueblos y múltiples lugares que visitar. Disfruta de unas vacaciones en Bearne, en la región francesa de Aquitania, para reponer energías al aire libre, recorriendo rutas y senderos hasta lagos de montaña. Los valles de Ossau, de Aspe o Barétous ofrecen muchas actividades en plena naturaleza para una estancia inolvidable, bonitas excursiones, el sueño hecho realidad de los amantes del senderismo o de la bicicleta, del esquí o de las raquetas de nieve.
Una escapada a los parajes bearneses ya sea para una excursión de un día o de varios días, te brindará increíbles momentos de calma y tranquilidad, paseando de pueblo en pueblo, de castillo en castillo, entre viñedos y bodegas, siguiendo el curso de ríos y gaves. También te permitirá impregnarte del estilo de vida y la cultura del Bearne, con su gastronomía y su artesanía, y dar un paseo por el Bulevar de los Pirineos de Pau, ciudad del buen rey Enrique IV de Francia. Todos estos ingredientes son la clave de unas inolvidables vacaciones en familia o con amigos en este rincón del suroeste francés.¡ Te damos la bienvenida a Béarn Pyrénées!
Valles Pirenaicos
El Pic du Midi de Ossau, situado en pleno Parque Nacional, destaca entre los demás. La ruta transcurre desde el valle de Ossau hasta el valle de Aspe y sus discretos pueblos, entre deslumbrantes paisajes: lagos de Ayous, circo de Anéou, camino de la Mâture, Circo de Lescun, fascinante fuerte del Portalet, etc. El valle de Barétous, famoso por sus bosques, constituye un gigantesco pulmón verde. Tierra de los Tres Mosqueteros y de la mayor sima del mundo, la cueva de La Verna, aquí todo es pura sensación, desde Arette hasta la Pierre-Saint-Martin.
Campiña bearnesa
Recorrer los campos del Bearne hasta Vic-Bilh es una buena ocasión para probar una gastronomía de gran renombre. Pasando de los viñedos a las bodegas, de las salinas a los huertos, de las bastidas a los castillos, de los encuentros inesperados a las visitas a productores… disfrutamos, aprendemos y nos relajamos. Para los más aventureros, las aguas bravas de los gaves (torrentes pirenaicos) son fabulosos espacios de juego a tamaño natural.
Pau, la romántica
Nos dejamos sorprender por la agradable calidad de vida de esta ciudad de arte e historia. Desde el Castillo de Pau, del Buen rey Enrique, hasta los frondosos jardines de la ciudad, el paseo por el mítico Bulevar de los Pirineos conduce hacia el Palacio Beaumont, las villas “so British” de la aristocracia internacional que se dedicaba a practicar equitación y golf, ¡deportes de reyes!